Dos son las montañas
luminosas y claras:
la montaña de los animales y
la montaña de los dioses.
Pero entre ellas yace en penumbra
el valle de los hombres.
Si alguna vez mira uno hacia arriba,
lo sobrecoge, vislumbradora,
una nostalgia inextinguible,
a él, que sabe que no sabe,
de quienes no saben que no saben,
y de quienes saben que saben.
PAUL KLEE
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