—Mira —continuó ella—.
Comprendo que tengas motivos para estar enfadado con él, pero tú no conoces
toda su historia. Estamos hablando de un muchacho bueno, amable, compasivo y de
buen corazón. Pero es el producto de una familia rota. Su padre era un imbécil,
y en el colegio le detectaron dislexia, lo cual le produjo una baja autoestima.
Además, creo que podría ser bipolar, o como se llame. TDA. O sea, que lo único
que pido es una segunda oportunidad para él, ¿me entiendes? Si tú le dijeras al
jurado que mi hijo entró en tu apartamento pero que luego se arrepintió...
—Mire, señora Twill...
—Bootsie.
—Yo estaba inconsciente
—dijo Liam—. Su hijo me golpeó y perdí el conocimiento, no sé si me ha oído. No
tengo ni la más remota idea de qué pensamientos pudo tener él, porque yo estaba
fuera de combate. Ni siquiera sé qué aspecto tiene. Ni siquiera recuerdo oírlo
entrar. No recuerdo absolutamente nada.
Anne Tyler: La brújula de Noé, cap.12
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