Un grupo de erizos se apiñaba en un frío día de invierno para
evitar congelarse calentándose mutuamente. Sin embargo, pronto
comenzaron a sentir unos las púas de los otros, lo cual les hizo volver a
alejarse. Cuando la necesidad de calentarse los llevó a acercarse otra
vez, se repitió aquel segundo mal; de modo que anduvieron de acá para
allá entre ambos sufrimientos hasta que encontraron una distancia
mediana en la que pudieran resistir mejor. - Así la necesidad de
compañía, nacida del vacío y la monotonía del propio interior, impulsa a
los hombres a unirse; pero sus muchas cualidades repugnantes y defectos
insoportables los vuelve a apartar a unos de otros. La distancia
intermedia que al final encuentran y en la cual es posible que se
mantengan juntos es la cortesía y las buenas costumbres. En Inglaterra a
quien no se mantiene a esa distancia se le grita: keep your distance! - Debido a ella la necesidad de calentarse
mutuamente no se satisface por completo, pero a cambio no se siente el
pinchazo de las púas. - No obstante, el que posea mucho calor interior
propio hará mejor en mantenerse lejos de la sociedad para no causar ni
sufrir ninguna molestia.
Arthur Schopenhauer: Parerga y Paralipómena II. Madrid: Trotta, 2014, p. 665 [Trad. Pilar López de Santamaría -levemente modificada-]
1 comentario:
Siempre un placer volver a tu blog.
Un abrazo.
Ana
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