Durante años, Michel de Montaigne (Burdeos, 1533-1592) ha sido, incluso en su país, un literato para los filósofos y un filósofo para los literatos, de esta manera nadie tenía que leerlo. Con el tiempo, ha terminado interesando a todo el mundo, lo reivindican los filósofos, lo alaban los críticos literarios, porque al fin y al cabo se trata de un filósofo con un gran estilo literario, ahí es nada.
Montaigne es el primer gran biógrafo de sí mismo ("Me estudio a mí mismo más que cualquier otro asunto. Ésta es mi metafísica, ésta es mi física",
III, XIII), y referencia obligada para comprender a Rousseau, a Proust,
a Pla y en general a todos los cultivadores de la llamada literatura
del yo.
Montaigne
da nombre a un género: el ensayo. No es que no existiera antes de él,
es que nadie lo había cultivado de un modo tan particular. Sus
predecesores son variados e interesantísimos: Platón, Plutarco, Séneca, Macrobio, Valerio
Máximo o Aulo Gelio, a todos los reconoce como auténticos maestros, y
todos practican esa mezcolanza tan propia del ensayo, que da lugar en
nuestro siglo de oro a las misceláneas, y cuya influencia llega
hasta los libros heterogéneos tan actuales; pero ya antes, en Inglaterra, nos
conduce desde Francis Bacon, Samuel Johnson, Charles Lamb, William
Hazlitt, Matthew Arnold y tantos otros hasta Robert Louis Stevenson,
Oscar Wilde o Virginia Woolf. Todos están en deuda con el primero de los
ensayistas.
Montaigne
es el primer pensador importante en lengua francesa, ya que abandona el latín
como lengua de cultura para intentar acceder a un público más amplio,
algo que después continuarán tras su estela Descartes o Pascal.
Montaigne
es un gran filósofo. Y no precisamente un "escéptico" como se ha dicho
tantas veces, lo que ocurre es que ve el mismo problema desde distintos puntos de vista, y en el curso del tiempo puede defender ideas diversas
dependiendo de sus lecturas y sus vivencias,
eso no es escepticismo, es atención a las diferencias y los matices, y el reconocimiento de que no siempre pensamos lo mismo ni del mismo modo. Para Montaigne, todo se mezcla con todo, es imposible establecer
verdades talladas en piedra, más bien hemos de buscarlas y hasta inventarlas, empezando por
nosotros mismos, por ello es tan preciso estudiarnos, y ayudarnos para ello de
los que se han estudiado antes a sí mismos.
Montaigne
es un maestro de sabiduría, a veces estoico y a veces epicureo, no cesa
de citar a Séneca, pero defiende el placer porque está en nuestra
naturaleza. Montaigne consuela como ningún otro autor, porque no intenta
doblegar la realidad, sino comprenderla y pactar con ella.
Por último, Montaigne
es una referencia para Quevedo, Nietzsche,
Flaubert, Azorín, Zweig y tantos otros que lo han leído y admirado. Tantas
cabezas, tan elevadas y distintas, no pueden ir mal encaminadas.
En España, y después de muchos siglos con ediciones mediocres o incompletas, contamos en la actualidad con al menos dos ediciones excelentes de la totalidad de los Ensayos, una de ellas bilingüe, además de con varias selecciones meritorias y hasta un buen número de monografías sobre el autor. Podría decirse que es incluso un éxito de ventas, no sabemos si también será leído, pero al menos ya está en las bibliotecas y en las librerías, entre libros, como el propio autor deseó vivir siempre, en la famosa torre de su castillo de Burdeos.
En España, y después de muchos siglos con ediciones mediocres o incompletas, contamos en la actualidad con al menos dos ediciones excelentes de la totalidad de los Ensayos, una de ellas bilingüe, además de con varias selecciones meritorias y hasta un buen número de monografías sobre el autor. Podría decirse que es incluso un éxito de ventas, no sabemos si también será leído, pero al menos ya está en las bibliotecas y en las librerías, entre libros, como el propio autor deseó vivir siempre, en la famosa torre de su castillo de Burdeos.
[23 de abril de 2017. Día del Libro]
2 comentarios:
La perspectiva del castillo es estupenda. No parece un castillo convencional, como tampoco parece que lo fuera su dueño. Me han entrado ganas de leerlo, muchas.
Es que éste es de los tuyos ;)
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