Eramos amigos, y nos hemos vuelto extraños. Pero es
bien que así sea, y no queremos callar ni escondernos cual si tuviéramos
de qué avergonzarnos. Somos dos navíos, cada uno de los cuales tiene
ruta y rumbo diferente; podemos tal vez cruzarnos y celebrar juntos una
fiesta como ya lo hicimos. Estaban los navíos tan tranquilos en el mismo
puerto, bañados por el mismo sol, que cualquiera creería que habían
llegado a su destino y que tenían un destino común. Mas luego la
fuerza omnipotente de nuestra misión nos separó, empujándonos por mares
distintos, bajo otros rayos de sol, y acaso no volveremos a encontrarnos
o quizás sí; pero no nos conoceremos, porque nos habrán transformado
otros mares y otros soles. Una ley superior a nosotros quiso que
fuésemos extraños el uno al otro, y por eso nos debemos respeto y por
eso quedará más santificado todavía el recuerdo de nuestra amistad pasada. Existe probablemente una enorme curva invisible, una ruta
estelar, donde nuestros senderos y nuestros destinos están inscritos
como cortas etapas: elevémonos por cima de este pensamiento. Pero
nuestra vida es demasiado corta y nuestra vista sobrado flaca para que
podamos ser más que amigos en el sentido de aquella elevada
posibilidad. Por eso queremos creer en nuestra amistad de estrellas, aun
en el caso de que fuésemos enemigos en la tierra.
Friedrich Nietzsche: La Gaya Ciencia [1882]. Olañeta: Palma de Mallorca, 1984, págs. 145-146 (§ 279)
[ Traducción modificada, ya que en el original no se especifica el género de los amigos. Con todo, mantenemos la clásica versión de Pedro González Blanco, por su belleza estilística. En este fragmento, Nietzsche se refiere a su amistad con Richard Wagner, de hecho fue recogido en un esbozo de su obra Nietzsche contra Wagner (1889), aunque no lo mantuvo en la redacción definitiva. ]
2 comentarios:
Tito Beni, antes de todo, debo confesarte que no he leído la entrada, puesto que me hallo aquí para comentarte, entre alegre e indignado, que ayer logré sacarme el maldito carné de mierda.
(De conducir)
Después de haberme gastado mucho dinero para las clases y los exámenes.
En resumen: me jode y toca los huevos en demasía que hagan de todo un puto negocio. Ea.
Espero que todo marche bien y que tu gato siga vivo. Un abrazo!!
Querido sobrino: cuánto tiempo... Tómate el carné como un paso más en el camino de la maduración infinita (pocas cosas me han alegrado tanto en mi vida como aprobarlo) y léete la entrada, joé, que para esto está. El bueno de Miko estará en el cielo de los gatos, se ve que hace tiempo que no me escuchas: ya no lo pongo como ejemplo en las clases, sniff.
Un abrazo y enhorabuena.
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