El hombre sólo es una caña, lo más frágil de la naturaleza; pero una caña que piensa. No es preciso que el universo entero se arme para destruirlo: un vapor, una gota de agua bastan para matarlo. Pero aun cuando éste acabara con él, el hombre sería más noble que aquello que lo mata, porque sabe que muere y reconoce la ventaja que el universo tiene sobre él. El universo no sabe nada.
Toda nuestra dignidad reside en el pensamiento. Es lo que nos dignifica, no el espacio o la duración, que no podríamos rellenar. Esforcémonos en pensar bien: ése es el principio de la moral.
Blaise Pascal: Pensées (Brunschvicg, nº 347)
Blaise Pascal (1623-1662) |
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