Un espíritu iba a dejar de serlo: tenía que precipitarse desde la eternidad hacia el Tiempo, encarnarse:
“¡Vas a vivir!”
Era morir para él. ¡Qué espanto, sumergirse en el Tiempo!
Paul Valéry (1939): Œuvres I. Bruges: Gallimard-La Pléiade, 1980, p. 299.
Paul Klee: Angelus Novus (1920) |
2 comentarios:
Me decanto por el mosquito de Nietzsche
Ja ja ja. Yo también me suelo decantar por Nietzsche...
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