El fragmento debe ser como una pequeña obra de arte, aislado de su alrededor y completo en sí mismo, como un erizo -- Friedrich Schlegel --

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sábado, 29 de marzo de 2014

Himno y Oración a la Vida


HIMNO A LA VIDA
 
Te amo, vida enigmática,
Como se ama a un amigo,
Ya me des alegría o dolor,
Ya me des dicha o sufrimiento.

Te amo con toda tu crueldad,
Y si tuvieras que destrozarme,
De tus brazos me desprendería
Como del pecho de un amigo.

¡Con todas mis fuerzas te abrazo!
Que tus llamas me devoren,
Y en las brasas de la lucha
Sondee aún tu misterio.

¡Ser, pensar por milenios!
Cobíjame en tus brazos,
Y si no puedes darme la dicha,
Concédeme el sufrimiento. 

[ Lou Andreas-Salomé ]

Luíza Gustávovna Salomé (1861-1937)

El poema de Lou von Salome, ofrecido como regalo de despedida en 1882 a su amigo Friedrich Nietzsche, fue la inspiración de un Lied del filósofo titulado Gebet an das Leben (Oración a la Vida)



Referencias:
Lou Andreas-Salomé: Nietzsche. Madrid: 1978, págs. 23-24.
F. Nietzsche, L. v. Salomé, P. Ree: Documentos de un encuentro. Barcelona: Laertes, 1982, pág. 302.

miércoles, 26 de marzo de 2014

Comparación Nietzsche - Kant


   
   Lo normal es suponer que son dos autores muy distintos, incluso opuestos: uno el filósofo dionisíaco y de la vida, el otro el filósofo del deber y de la razón pura... Sin embargo, además de las diferencias, hay que destacar interesantes confluencias. 
   La obra de referencia sobre el tema es la del crítico francés  Olivier Reboul (Nietzsche crítico de Kant, original de 1974), quien ya desde el inicio advierte que Kant es el autor del que Nietzsche se ha ocupado más, obviamente después de Schopenhauer. De hecho, el descubrimiento del filósofo de la Voluntad lo lleva a su reconocido maestro, y en El nacimiento de la tragedia (1872) alaba a ambos autores y destaca de Kant el carácter subjetivo del Espacio y el Tiempo, sugiriendo un aspecto dionísiaco, ilusorio, para el mundo. Considera además que el kantismo elimina el objetivismo en filosofía y pone límites a las pretensiones de la razón, abriendo el paso al relativismo y a la filosofía artística. Sin embargo, la ética kantiana
siempre será objeto de críticas por parte de Nietzsche, pues recupera en ella a Dios y al alma inmortal, seriamente cuestionados en la Dialéctica Trascendental de la primera Crítica.
   ¿Por qué, entonces, en los últimos escritos, Nietzsche se deja llevar por el sarcasmo y los argumentos ad hominem? La equiparación de Kant con un Tartufo (imagen del impostor) o llamarlo "el gran chino de Königsberg" en Más allá del bien y del mal (1886) son, como los insultos a Sócrates por su fealdad, lo que más se queda en la memoria en las primeras lecturas de Nietzsche: un experto en el arte de la provocación. En efecto, Kant es para él un representante de la cultura alemana que tanto desprecia, un filósofo-profesor (lo que para Nietzsche es una contradicción en los términos), el prototipo del sabio moderno y, por encima de todo, un creyente y un cristiano por convicción y racionalidad. Con la descalificación de "chino" alude a las pretensiones plebeyas, gregarias de la filosofía kantiana (cualquier pretensión de universalidad es pueblerina para Nietzsche). Aquí radica la diferencia principal: Nietzsche no se contenta con invertir o reformular los valores, puesto que esto también Kant lo hace; Nietzsche pretende invalidar la noción misma
de verdad y con ella las pretensiones legisladoras de la razón pura y práctica, cualquier aspiración a la universalidad. La crítica al "mundo verdadero" de Nietzsche se extiende tanto a las Ideas platónicas como a las cosas en-sí kantianas, y aunque sean distintos tales conceptos, son hijos de una misma marea filosófica y religiosa, la del nihilismo occidental empecinado en ocultar el sentido trágico de la vida.
   Sería largo ponderar la elección final de Reboul por Kant y en contra de Nietzsche, de índole moral más que nada; pero de la extensa discusión y comparación de ambos autores deberían entresacarse también algunas confluencias muy apreciables, destacadas por algunos estudiosos españoles (son temas favoritos de Julio Quesada o Domingo Blanco): el reconocimiento por parte de ambos de los límites del conocimiento teórico, el elogio de la figura del genio artístico, el valor dado por ambos a la imaginación productiva y la representación común del mundo bajo la imagen de la dialéctica real, que Nietzsche toma de Heráclito pero que también se halla en Kant.

lunes, 24 de marzo de 2014

Actualidad de Nietzsche

   La actualidad de Nietzsche es enorme, tanto en la filosofía, ya que es uno de los autores de mayor vigencia entre los filósofos actuales, como por otro lado, en nuestra época, nuestra cultura, que encuentra en él a un precursor del vitalismo, el ateísmo y el laicismo contemporáneos.
   En cuanto a la actualidad filosófica, a los pocos años de caer en el silencio, Nietzsche era ya un autor recopilado en ediciones de obras completas y homenajeado en una casa museo; sus libros empiezan enseguida a venderse por miles y a traducirse a todas las lenguas. Tiene que superar, eso sí, el
pulso nacionalsocialista, que intenta apropiarse de sus ideas, modificándolas y sacándolas de contexto con el fin de parecer antisemitas o fascistas; sin embargo, muy pronto reniegan estos teóricos nazis del filósofo del "superhombre", y pasa a ser objeto de profundos estudios a cargo de las principales figuras filosóficas en lengua alemana desde mediados de siglo XX (Jaspers, Heidegger o Habermas, entre otros), llegando por fin a marcar el desarrollo de numerosas personalidades únicas dentro de la filosofía, como los franceses Michel Bataille o Gilles Deleuze, así como Michel Foucault (que retoma el método genealógico de Nietzsche); el filósofo de la diferencia Jacques Derrida, el postmodernista Jean-François Lyotard y, ya en Italia, el líder del "pensamiento débil", Gianni Vattimo. En todas estos autores hay una renuncia a la verdad absoluta y a la idea de sistema filosófico, y todos ellos dedican estudios y manifiestan un aprecio constante por el pionero del vitalismo. En nuestro país, Ortega y Gasset asume el perspectivismo nietzscheano y logra matizar el racionalismo tradicional con las condiciones de la vida.
   En otros campos, Sigmund Freud manifiesta en su Autobiografía una confluencia tal con la filosofía nietzscheana que lo lleva a confesar que renunció a profundizar en su obra a fin de no distraerse de su propia perspectiva, de corte científico. De hecho, cuando Foucault agrupa bajo la denominación "filosofía de la
Los tres "filósofos de la sospecha", según Foucault
sospecha" a Marx, Nietzsche y Freud no hace más que desvelar el nexo común de las principales corrientes del pensamiento del siglo XX: el carácter incompleto y amenazado de la razón y la influencia de fuerzas ajenas en los individuos y la sociedad.
   La literatura se propone describir este fenómeno puramente trágico: Hofmannsthal, Mann, Musil, Joyce o Kafka conectan, todos ellos, de un modo u otro, con el perspicaz autoanálisis nietzscheano. El arte libera las fuerzas ocultas: el expresionismo y las vanguardias rompen con el orden establecido, la música aleatoria rechaza la melodía para revelar el caos y el juego azaroso del mundo.
   Nuestra época no es que sea nietzscheana, ya que no ha logrado desprenderse totalmente de los ídolos antiguos y además ha creado otros nuevos de imprevisibles consecuencias, dado el dominio absoluto de la apariencia en una sociedad marcada por el hedonismo consumista y el crecimiento infinito en la economía. Sin embargo, la prosa incendiada del teórico del sobrehombre nos ha hecho más libres al defendernos como individuos de los excesos de la religión para la moral, los de la ciencia positivista para el conocimiento o de los totalitarismos de cualquier signo para la vida política.